Debido a nuestro despliegue decorativo-galletil de estas fechas y a la vorágine laboral previa al cierre de año, hay días en esta casa - no sé si a vosotros también os pasa - en los que la cena se improvisa en el último momento.
¿Qué hago yo - supongo que como cualquiera - en el 90% de los casos, cuando me encuentro sola en la cocina con un par de restos de esto y una miseria de lo otro? ¡Un arroz! (Lo reconozco: No se si mi obsesión con el arroz empieza a ser enfermiza...).
Fruto de una de esas emergencias es este risotto de setas y langostinos: Una cena extremadamente rica y nutritiva, hecha de pies a cabeza con sobras. ¡Pero vaya lujazo que resultó de esas sobricas!
Ingredientes:
- 1 vaso (de agua) de arroz para risotto
- un puñado de champiñones y un puñadito de setas de cardo
- media docena de langostinillos que pululaban por el congelador
- algo de vino blanco
- 1 cucharada sopera de mantequilla
- caldo vegetal (cuánto dependerá de la cantidad de arroz)
- pimienta, opcional: hierbas al gusto (p.ej. albahaca o perejil o cebollino...)
- 1 ajo y una cebolleta picaditos
- aceite de oliva
- queso rallado al gusto (lo que tengáis por ahí: parmesano o grana padano o pecorino, o...)
- opcional: una cucharada de crème fraîche
Cómo se hace:
Más sencillo, imposible.
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Picamos el ajo y la cebolleta. Cortamos las setas en trozos "toscos" (me gustan los tropezones en la comida) y los langostinos aún congelados en rodajitas (con ayuda de un buen cuchillo). Tendremos el caldo vegetal caliente a mano preparado para su uso así como la medida de arroz que vayamos a usar.
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Calentamos el aceite de oliva en una cazuela y rehogamos en él los langostinos troceados (opcional: y rehogados un pelín con zumo de limón) un momentito. Reservamos los langostinos. Al aceite de la cazuela le añadimos el ajo y la cebolleta picados y sofreímos. Añadimos el arroz y le damos un par de vueltas sin que llegue a coger color. Echamos un vasito de vino blanco y dejamos que el líquido se vaya consumiendo y se evapore el alcohol.
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Es ahora cuando añadimos las setas troceadas y el primer cazo de caldo. El arroz debe quedar justamente sumergido por el caldo. Antes de incorporar más líquido esperaremos a que el anterior se haya consumido. Es importante revolver siempre el arroz durante el proceso para que coja la cremosidad necesaria.
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Importante es también que el caldo lo tengáis a mano caliente porque con caldo frío pararíamos constantemente la cocción del arroz. La cantidad de cazos de caldo que tendréis que añadirle al arroz dependerá de la cantidad, a mí siempre me sobra algo y suelo decidir a ojo cuando me parece que el arroz está casi-casi-casi hecho.
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A mitad de la cocción añadiremos los langostinos.
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Cuando el arroz esté casi en su punto, en el último momento, añadimos la mantequilla y la cantidad deseada de queso rallado y, si queremos, una cucharada de crème fraîche (yo al de la foto no le puse porque no me quedaba). Apagamos el fuego, revolvemos bien y dejamos que repose tapado un par de minutillos. Si vamos a añadirle algo más (yo le pongo por ejemplo pimienta y alguna especia o hierba que tenga a mano), lo haremos también en este último tramo.
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Rico-rico-riquísimo.
2 comentarios:
Esta receta te la copio natalika que me encanta el risoto, las setas y los langostinillos....Genial!
Me parece estupendo - ¡a mí también me encanta el risotto!
Saluditos
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