El señor K. en estas fechas se convierte en el monstruo de las galletas: En el de hacerlas... y en el de comérselas, claro. Y yo, he de reconocerlo, le apoyo en esta última tarea con mucho gusto. En conclusión: Nuestras provisiones galletiles han menguado en el curso de una semana de manera alarmante.
La solución: ¡Hornear más!
Hemos vuelto a hacer Spekulatius y Vanillekipferl (siguiendo las recetas del libro de cocina y repostería navideñas "Weihnachtsbackbuch", como la semana pasada) y hemos probado una nueva receta para las Vanillekipferl, esta vez con almendra en lugar de avellanas... El resultado: Con almendras, las medias lunas de vainilla me gustan casi más, quedan más finas de sabor (y en mi horno al menos salen más bonitas porque no son tan propensas a coger color).
Supongo que la mejor opción es hacer ambas variantes y dejar que cada cual decida...
Ingredientes:
- 200 gr. de margarina
- 100 gr. de azúcar
- 100 gr. de almendras molidas
- 260 gr. de harina
- media vaina de vainilla (o extracto de vainilla líquido)
- azúcar glas al gusto (para espolvorear)
- azúcar avainillada
Cómo se hace:
Mezclamos la margarina con los 100 gramos de azúcar hasta que queden ambas unidas. Añadimos el interior de la vaina de vainilla (o unas gotitas de extracto de vainilla del que venden en el súper). Incorporamos las almendras molidas y vamos añadiendo harina y mezclando bien hasta que quede una masa homogénea y compacta.
Hacemos una bola con la masa y la guardamos, envuelta en papel de aluminio, en el frigorífico. Pasada una hora podemos trabajar la masa para hacer de ella "medias lunas": Vamos quitando pellizcos de la masa y dándoles forma - ¡ojo! esta masa de Vanillekipferl es un poco más difícil de manejar que la hecha a base de avellanas y mantequilla y si no tenemos cuidado, nuestras lunas se romperán...
Metemos las galletas al horno (en una bandeja forrada con papel) que habremos precalentado a unos 180-190 grados y las hacemos unos 10 minutos. Tienen que quedar claritas, sin coger color apenas.
Una vez estén listas y aún sobre la bandeja de horno, las espolvoreamos de azúcar glas mezclado con azúcar de vainilla.
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Esperamos a que las galletas se enfríen antes de moverlas ya que si las movemos "en caliente" podrían romperse con facilidad.
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