En los próximos días os espera una fantástica sobredosis de Navidades teutonas: con corona de adviento, Glühwein, árbol y toneladas de galletas navideñas (recetas incluídas).
Entretanto, hoy cae un arrocito, ñam-ñam-ñam...
Esta es una de esas recetas que lees por ahí en alguna parte y piensas: "¡Uy, qué rico tiene que estar esto...!"... y luego guardas la idea de probarla en algún recoveco insólito de tu insólito cerebro y tardas meses (o años) en acordarte. Y luego el día en que te acuerdas y la cocinas y te la comes te preguntas: "¿Pero a mí estas cosas tan impresionantes por qué se me olvida constantemente probarlas?"...
La receta original la vi por primera vez es uno de esos libritos de cocina de la TELVA de alguna de mis hermanas, creo recordar que incluso me la fotocopié (¿o escaneé?) y la metí en la maleta. Puede que suene a comidita simple y soseras, nada que te haga descubrir el mundo, pero está rico-rico-rico este pollo. Para aquellos fieles a recetas "al pie de la letra" os pongo el link al plato en el recetario de TELVA... aquí.
Yo he adaptado algunas cosas a nuestra manera de comer en esta santa casa: En vez de hacer el plato con los flanes de maíz propuestos en la receta original, suelo acompañarlo de arroz (utilizo basmati) y lo convierto así en otra variante de fricasé (me pirran las recetas de "arroz con..." o "risotto de..."). Por eso siempre hago la pechuga de pollo en trocitos en vez de hacer los filetes enteros. Además yo sustituyo la chalota/escalonia por cebolleta fresca porque a mí no me gusta la cebolla de la de verdad. He cambiado también algunas cantidades para hacerlas más acordes al descomunal apetito que rige todo lo que ocurre en este hogar: Las medidas de la salsa que en la receta de TELVA están pensadas para 6 personas (1 yogur griego y aprox. el mismo volumen de nata y de caldo), aquí han pasado a convertirse en cantidades para dos. ¿Qué queréis que os diga? Me encaaaaaantan las salsas y me encaaaaaaaaaanta untar. (Jeje, familia, supongo que ya os habréis dado cuenta de que la sopa y los potajes me los como con una barra de pan y sin cuchara, jejejejejeje). En cuanto al caldo, aproveché el que había quedado de cocer la carne para la mousse de pollo: aquí no se tira nada. Este sábado, por falta de tiempo, no tuve la carne dos horas en adobo sino sólo una, y no me pareció que eso le cambiara el sabor en nada al plato...
En los últimos meses estas pechugas de pollo con salsa de yogur se han convertido en uno de esos platos, que, cuando los propongo, el señor K. da saltos por la casa y aplaude y me dice "¡Au, sí, sí, las hacemos, las hacemos, que están muy ricas...! Jippie, yujuuu...". Bueno, vale, saltar no salta porque saltar es casi como bailar y bailar va contra sus principios morales (y motóricos) de teutón del Mar del Norte. Pero como si saltara, vaya.
A mí personalmente me gusta mucho ese saborcillo del comino y el adobo de ajo que se le queda a la carne, sobre todo mezclado con el toque de acidez del yogur griego y el limón. Supongo que si no os gusta la comida muy "especiada", estas pechugas nos os van a entusiasmar demasiado. Pero si os gustan los sabores acentuados, hay que probarlas porque están muy ricas.
¡Que aproveche!
3 comentarios:
Que es eso de "un librito de alguna????? de mis hermanas"
Mira que en tu próxima visita al paisito te voy a restringir el acceso a la biblioteca culinaria y no vas a poder salivar con las nuevas adquisiciones
:-)))))
uy, perdón que se me olvidaba que una buena periodista nunca revela sus fuentes ;-))))
Petardi... ;-)
No, es que realmente no sé si la copié/escaneé de tu casa o de casa de Axun... ni idea - !?
¿Tienes nuevas adquisiciones?
Aaaaah, salivando estoy yaaaaaaa...
Jeje.
Hay Meri mé, que ya no eres la única friki culinaria... ya sabes que yo conviviendo con el "top Chef" pos tambien tengo cositas interesantes...
Besotes a las heremanas guapetonas!!!!
A ver si curro un poquin...
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