Aviso: ¡¡Súper-parrafada!!
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Últimamente estoy haciendo bastantes experimentos culinarios o, al menos, probando nuevas recetas. Bueno, en realidad, estoy continuamente probando nuevas recetas, me paso media vida en ello, porque me encanta. Entre otras cosas, porque como de un tiempo a esta parte no hacemos otra cosa que currelar como unos pringaos (el señor K. con sus mínimo 56 horas semanales, sábados incluídos; y yo con tres clientes diferentes a la vez que me están volviendo medio loca) y vegetar en el sofá (para otras actividades no quedan ni tiempo ni fuerzas), el meterme todas las noches en la cocina y salsear a mis anchas no sólo me relaja cantidad sino que me alegra el día que no veas...
Me pongo los auriculares enchufaos a ese peazo móvil con función walkman que tengo y el delantal y le canto a voz en grito a medio vecindario todo lo habido y por haber, desde rap alemán (I ♥ Fettes Brot!!!) hasta tangos de Malevaje o baladas horteras de esas que hacen que se te salga el cerebro fundido a chorretones por las orejas... Por ejemplo oigo esto o esto o esto otro.
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Además, como la única comida del día que realmente cuenta como tal en este nuestro digno hogar es la cena, vivo obsesionada con que al menos las cenas tengan sustancia y sean variadas: Mínimo dos veces por semana cae pescado, siempre intento equilibrar los platos de carne con los puramente vegetarianos, etc. etc. etc.
Como sea: Ayer tocaba pez y estrenar recetilla. No estoy segura de si este pescado blanco, la panga, se conoce mucho en España, aquí se llama Pangasius (creo que es también el nombre científico). Según me informa Google en español se llama panga (en femenino además), pero no he encontrado ninguna entrada al respecto en la Wikipedia española... Aquí en Alemania se pusó de moda hace algún tiempo (¿el año pasado o hace dos años? se pasa el tiempo tan rápido que no sabría decir cuándo) y desde entonce el "Pangasius" éste de marras es el pescado blanco non-plus-ultra (yo creo que a los teutones les encantan esas tonterías de las modas alimentarias, como cuando se puso de moda el "ajo de oso" y era imposible salir a comer fuera y encontrar platos en la carta sin "ajo de oso"...).
Es muy rico y muy fácil de hacer, recuerda bastante al lenguado. La receta de ayer la saqué hace un par de semanas de un libro de mi madre (no sé de cuál, si no os lo recomendaría) y era para algún otro tipo de pescado (no lo anoté, porque quería hacerla en cualquier caso con panga):
Ingredientes (para dos):
dos filetes de panga
zumo de 1 limón
4 patatas no demasiado grandes
4 langostinos cocidos y pelados
1 tacita de miga de pan en dados
1 cucharada de perejil picado
1 cucharada de cebolleta picadita o rallada
1 cucharada de queso rallado
1 yema de huevo
125 cl de nata líquida
mantequilla, sal y pimienta blanca
Yo le he añadido un par de ingredientes más: Albahaca fresca picada y escamas de ajo para inaugurar esta bonita colección de especias que el señor K. compró el otro día...
De izda. a dcha.: albahaca, escamas de ajo, pimentón dulce, romero, pimienta blanca y pimienta rosa
También añadí un chorrito de vino blanco. No sé que opinarán los expertos enólogos de mi familia, pero yo siempre uso para cocinar un blanco de Grüner Veltliner y pienso que al pescado le va pero que muy bien...
Cómo se hace:
Se rocían los filetes de la panga (salpimentaos) y los langostinos con zumo de limón y se reservan. La miga de pan (yo usé de molde, ejem) se rocía con el resto del zumo y unas gotillas de vino blanco y se mezcla con las hierbas (perejil, albahaca), la cebolleta y el queso (rallados), el ajo si se le pone y la yema de huevo. Salpimentamos esta mezcla y untamos con ella los filetes de pescado.
En la parte ancha del filete ponemos, a continuación, 1 o 2 langostinos y enrollamos. Sujetamos los rollitos con un palillo. En una fuente de horno (untada con mantequilla) ponemos una cama de rodajas de patata (o bien previamente hervidas o cocidas ya cortadas unos pocos minutos sin que se hagan del todo). Encima de las patatas colocamos los rollitos y añadimos la nata liquída. Si os sobra masa de untar (como a mí ayer) se puede espolvorear por toda la fuente:
Tapamos con papel de alumino y metemos al horno (precalentado) a unos 200º C entre 20 y 25 minutillos.
El resultado: Muy contenta del todo no me quedé. O bien se me fue la mano con el limón o la receta está pensada para que le salgan a una arrugas en la cara con tanta acidez. Puede que el vino (que es también bastante ácido) haya exagerado el efecto y tal vez hubier sido mejor atenerse a la receta original... pero: no risk, no fun, ey... Creo también que con 15 a 20 minutos de horno es suficiente, el pescado terminó secándose un pelín. Desde luego tiene potencial el tema y volveré a hacerla, a ver cómo la perfecciono...
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