martes, 9 de junio de 2009

Haciendo el indio...



En lo que a comida se refiere, el señor K. y yo compartimos una cierta tendencia a los amores compulsivos: Cuando probamos una nueva receta que nos gusta mucho-mucho, somos capaces de repetir ese plato todas las semanas durante una buena temporada. Nos pasó con el schmarrn de setas y nos pasó con la “pasta omnipotente” (que hemos vuelto a cenar hoy, por cierto).

Nos suele pasar también con ingredientes concretos. Nos dan unos ramalazos monotemáticos impresionantes, oiga... Hace algunas semanas fue la acelga (aunque nuestro amor por la acelga es más bien algo crónico y que nunca cambiará - es que de verdad que vaya par de “comeacelgas” que somos), luego vinieron las berenjenas (sobre todo con las recetas que le “robé“ a Adi aquí y aquí – vaya par de recetones ricos, sí señor...),... y ahora el ingrediente estrella a todas horas es el pollo...

Y yo, realmente, muy de pollo no soy, no os vayáis a pensar. Prefiero con creces la ternera (mira ella qué lista) o el cerdo. Aunque me gusta, opino que comer pollo da mucho trabajo (con tanto hueso y tanto tendón y tantas cosas de esas), y yo soy muy melindrosa y me lío a quitarle “cosas de esas” a mi pollo y antes de haberle dado un mordisco a la cena me da medianoche, vaya... Así que cuando como pollo, como pechuga (y cuando como pechuga, casi siempre hay arroz de por medio, por lo que parece...).

El sábado me traje del súper 600 gramos de pechuguita y, para empezar, ayer para cenar, hicimos un rato el indio... con una buena dosis de pollo „tikka masala“ acompañado de arroz basmati teñido de rubio.

Una cena tricolor de lujo. Con tanto rojo, tanto amarillo y tanto verde el plato parecía más un sarao africano (supongo que sabéis cuáles son los colores panafricanos, ¿no?) que una cena con toques pseudos-indios...

Ingredientes (para 2 muy hambrientos personajes):

  • 300 g de pechuga de pollo
  • 1 lata de tomate triturado
  • un par de cebolletas frescas o media cebolla
  • 2 dientes de ajo grandes
  • un pedacín de jengibre rallado (dimensiones: 1cm x 2cm aprox.)
  • 1 yogurt natural
  • aceite de oliva o mantequilla, según gustos
  • nata líquida
  • comino molido
  • cilantro molido (semillas)
  • garam masala (mezcla de especias de la cocina india)
  • cilantro fresco (hojas) o perejil
  • cúrcuma en polvo
  • arroz basmati
  • sal
  • azúcar
  • caldo de pollo ligerito (para cocer el arroz)
  • aprox. 100 g de espinaca congelada
  • opcional: chile en escamas o guindilla
  • opcional: pimienta cayena
  • otros ingredientes opcionales que se pueden añadir: algo de manzana rallada o en dados, un toque de almendra molida o un toque de leche de coco (o coco rallado), guisantes (para el arroz en lugar de espinacas)

*.-La receta la he adaptado ligeramente de esta versión que encontré aquí, aunque hay infinidad de versiones de “tikka masala” en circulación...

Cómo se hace:

La mejor manera de empezar con el asunto es poner el pollo con un par de horas de antelación a marinar. Para ello, le echamos sal, comino y cilantro molidos por los dos lados y lo pincelamos con abundante yogurt. Hecho esto, lo metemos, tapado con film transparente unas dos horas al frigo.

Dos horas más tarde, sacamos el pollo del frigo y lo hacemos: La receta que yo he usado pone para ello el pollo a dorar en el horno bajo el grill... El asunto es: Mi horno de gas del pleistoceno no tiene grill ni moderneces de esas raras. Así que yo puse la carne directamente en una sartén con algo de aceite y la doré a conciencia por ambos lados. Tanto si la hacéis en el horno como si la echáis en una sartén: cuando el pollo esté listo, lo sacamos y reservamos.

Entretanto, ponemos el arroz a cocer como siempre pero añadiéndole una cucharada de cúrcuma molida (para darle no sólo aroma sino también un fenomenal tono amarillo). Un poco antes de finalizar la cocción añadimos al arroz las espinacas previamente descongeladas.

En una sartén grande, ponemos a pochar la cebolleta/cebolla picada con aceite de oliva y añadimos después el ajo picado muy fino y el jengibre rallado. Reducimos el fuego y echamos una pizca de sal así como un par de cucharadas de garam masala (mezcla de especias).

Nota: Si no localizáis el garam masala dichoso, aquí va la composición para mezclarlo en casa que proponen en la receta de Pioneer Woman: 1 cucharada de cilantro molido, 1 cucharada de comino molido, una cucharada de pimienta negra molida, 1 cucharada de pimienta cayena molida, 1 cucharada de semillas de hinojo molidas, 1 cucharada de jengibre molido, 1 cucharada de cardamomo molido, 1 cucharada de nuez moscada molida y una cucharadita (¡atención, de postre no de sopa!) de clavo molido...

Los amantes de grandes picores pueden añadir en esta fase asimismo una guindilla troceadita a la sartén, yo he preferido prescindir de este paso.

Incorporamos al potpurrí de especias de la sartén el contenido de una lata de tomate triturado, removemos bien y le echamos al conjunto una cucharadilla de azúcar. Dejamos que hierva a fuego medio unos minutos para que vaya espesando.

Cuando la salsa haya tenido tiempo de espesar, añadimos como colofón un vaso (de los de agua) de nata mezclada con los restos del yogurt que hemos utilizado antes para pincelar el pollo. Revolvemos bien y espolvoreamos con algo de pimienta cayena.

Cortamos el pollo en dados y los incorporamos a la salsa junto con algo de cilantro (hojas) picado o perejil. Mezclamos.

Servimos con el arroz con espinacas como base y el pollo con su salsa encima.

Muy, muy, muy rico. Una cena como a mí me gustan: Contundente, súper especiada, vistosilla y todo. Uhm y qué olorcito más rico...

Por cierto, buscando algún enlace en Internet sobre le “tikka masala” (por si en España no se concoe mucho, qué se yo...) va y resulta que ahora me entero que este plato tan hiper-archi-conocido de la gastronomía india al parecer ni siquiera tiene su origen real en la India sino que “nació” en el Reino Unido...

Británico o indio: igualito me da, siempre me ha gustado y hecho así caserito, estaba de auténtico vicio...

3 comentarios:

La cuina vermella dijo...

jajajaja, nosotros tambien somos de los de repetir si algo nos emociona. En casa el tema acelga no lo tocamos.

Tu plato un 10!
Muac

El Capitán. dijo...

Ala que coincidencia!!

hoy estaba repasando las fotos de un cordero Tikka masala que devoré hace unas semanas por Portugal...
y en breve se convertirá en post

natalika dijo...

@vermellos: ¿no os gustan las acelgas?!
...jiji, yo soy repetitiva como el ajo :D

@capi: jaja, será telepatía familiar guapete... (nos vemos prontísimo!!)

mismamente muacs a todos!